Por: Licenciada Elizabeth González Flores
Actualmente las mascotas son consideradas como familia por gran parte de la sociedad, atendiendo a la convivencia y vínculos que generan con las personas que las tienen bajo su cuidado, así como a la evolución del término familia y sus diversas formas actuales.
Sin embargo, dentro de la legislación mexicana, los animales aún son considerados como bienes, en consecuencia, forman parte del patrimonio de una persona y ésta puede disponer de ellos libremente, y, como se ha mencionado en diversos artículos, pueden ser también objeto de embargo.
Si bien existen leyes en nuestra legislación que buscan evitar el maltrato animal, no los consideran expresamente como seres con sentidos, con la capacidad de sentir emociones y por ende capaces de desarrollar lazos afectivos con la familia y los integrantes de ésta con ellos, aunado al derecho a un trato digno.
Debido a ello, en junio del año en curso, la senadora Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila; presentó una iniciativa, que busca reformar y adicionar diversas disposiciones del Código Civil Federal, en materia de reconocimiento de animales domésticos como seres sintientes, integrantes de un sistema familiar multiespecie. Lo anterior, con el fin de que se otorgue a los animales domésticos el reconocimiento de familia, estableciendo las responsabilidades y obligaciones que derivan de la misma.
Bajo esta tesitura, la iniciativa propone que los animales domésticos sean inscritos de forma obligatoria en el Registro Civil para su reconocimiento como familia, lo que deberá realizar la persona que los tenga bajo su cuidado. También establece la obligación de alimentarlos, estableciendo al efecto, que los alimentos comprenden comida, resguardo ante la intemperie y atención veterinaria. Y prevé que, en los casos de divorcio, el juez dicte las medidas tendientes a la protección de los animales domésticos que vivan en el domicilio conyugal.
Con la inscripción en el Registro Civil, los animales domésticos tendrán mayor protección y serán considerados como seres inembargables.
De esta forma, se busca reconocer que las mascotas son seres sintientes con capacidad emocional y vínculos afectivos hacia los humanos con quienes habitan, por lo cual, serán considerados como parte integrante de la familia, imponiendo obligaciones con el fin de que sean protegidos y sean atendidas sus necesidades.
Asimismo, en julio del año en curso, un Tribunal de la Ciudad de México reconoció a la “familia multiespecie” al determinar que los perros de una pareja son miembros de su familia y no de su propiedad.
Si bien hace falta regulación a la figura de familia multiespecie, resulta evidente que la relación entre la familia y sus mascotas, en especial perros y gatos, ha evolucionado, por lo que es necesaria una regulación que se adapte a la realidad social y a la protección efectiva de los animales que sufren maltratos por parte de las personas que se supone los tienen bajo su “cuidado”.