Por: Lic. Martha C. Bravo
San Valentín, día del amor y la amistad, día de los enamorados… No importa cómo llames a esta fecha, el 14 de febrero nos rodea de corazones y flores. Este ambiente festivo y romántico me inspira a escribir sobre la propiedad intelectual que nos rodea.
En lugar de analizar los orígenes de esta festividad, me centraré en su relación con la mercadotecnia. No es casualidad que, después de gastar en Navidad, Año Nuevo y Reyes, sigamos con ganas de celebrar y obsequiar a las personas que queremos.
Parece que, tras las festividades de fin de año, que nos acercan a la familia, llega el turno de los enamorados y los amigos de estrechar lazos. Esta fecha, cuidadosamente estudiada por los genios del marketing para estimular el consumo, está llena de ingenio y de propiedad intelectual.
Ejemplo de ello son las invenciones que buscan una patente, como el popote para parejas, las cajas de regalo interactivas o incluso la joyería con tecnología incorporada.

Un caso interesante es una patente solicitada en España en 2017, que integra un código QR en piezas de joyería tradicional, permitiendo enlazar mensajes o canciones personalizadas.
También encontramos un sinfín de signos distintivos alusivos a la fecha: logotipos con corazones, avisos comerciales relacionados con el día, empaques en forma de corazón o diseños innovadores para presentar rosas.
Los diseños y modelos industriales incluyen patrones con el famoso “XOXO”, mientras que los derechos de autor abarcan canciones icónicas, películas, obras de teatro, poemas, cartas e incluso códigos fuente de aplicaciones para encontrar pareja.
Los secretos industriales también juegan un papel importante en fragancias y cosméticos. Además, existen denominaciones de origen como el Champagne, el cacao del Amazonas en Perú o el cacao de Grijalva en México. Incluso, ¿sabías que hay registradas 29 variedades vegetales de rosas?
Todos estos son ejemplos de la riqueza en propiedad intelectual que nos rodea y que muchas veces pasa desapercibida o se considera parte de la vida cotidiana.
Crear una publicación en redes sociales para aumentar las ventas de un negocio no solo es una estrategia comercial, sino también un activo intangible que, con la debida protección, puede incrementar el valor de una empresa o emprendimiento.
La propiedad intelectual está presente en cada detalle de nuestras celebraciones, desde los productos que compramos hasta las estrategias de marketing que nos invitan a consumir. Más allá del romanticismo y la festividad, es un recordatorio del valor de la creatividad y la innovación en nuestra vida diaria. Al reconocer y proteger estos activos, no solo fortalecemos nuestros negocios y marcas, sino que también impulsamos el desarrollo de nuevas ideas que seguirán marcando nuestras experiencias en el futuro.